Mons. Uriona invitó a vivir un “año vocacional”
“Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha…”, recordó el obispo en su carta, y aseguró que “estas palabras del Señor llegaron al fondo del corazón del primer obispo de Río Cuarto, monseñor Leopoldo Buteler”, quien siguiendo una inspiración de Dios y luego de largos preparativos, fundó el seminario de la Sagrada Familia el 4 de abril de 1943 y confió la delicada tarea de formar a sus futuros sacerdotes a los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, que habían arribado de Mallorca (España) a la diócesis dos años antes para conocer su realidad y prepararse para esta misión.
“Al celebrar los 75 años de nuestro Seminario Jesús Buen Pastor percibimos que este mandato de Jesús tiene hoy mayor vigencia no sólo en nuestra diócesis sino en toda la Argentina. La escasez de obreros frente a la abundancia de la mies es una dura realidad y, en algunas partes, se presenta hasta angustiante”, expresó monseñor Uriona, e invitó “a todo el Pueblo de Dios que camina en esta Iglesia particular a poner todo el empeño para orar por las vocaciones sacerdotales, diaconales, de especial consagración y misioneras, buscando fundamentalmente ayudar a los jóvenes, tantas veces desorientados, a descubrir el ‘proyecto de Dios para su vida’”.
“Queremos celebrar con intensidad los 75 años de la apertura del Seminario Mayor Jesús Buen Pastor, firmes en la convicción de que Dios sigue llamando a muchos jóvenes para el ministerio sacerdotal”, expresó el obispo, y recordó las palabras del papa Francisco: “El Señor sigue llamando hoy para que le sigan. No podemos esperar a ser perfectos para responder con nuestro generoso «aquí estoy», ni asustarnos de nuestros límites y de nuestros pecados, sino escuchar su voz con corazón abierto, discernir nuestra misión personal en la Iglesia y en el mundo, y vivirla en el hoy que Dios nos da”.
“Es tarea nuestra (obispo, sacerdotes, diáconos, consagrados, laicos) la de detectar, discernir y acompañar esas formas de llamado alentándolos a responder con generosidad”, consideró el prelado. “Invito a todos a ser perseverantes en la no fácil y paciente tarea de estar con los adolescentes y jóvenes de nuestras parroquias, capillas, colegios, barrios... Aunque muchas veces no los comprendamos, sigamos apostando por ellos”, propuso.
Finalmente, animó a “renovar y revitalizar la Obra de las Vocaciones (OVE) en cada una de las comunidades. Esta valiosa obra creada junto al Seminario por monseñor Buteler ayuda a las comunidades a tomar conciencia de la importancia de la oración por las vocaciones y del sostenimiento del Seminario”.
La celebración de las Bodas de Diamante del seminario Jesús Buen Pastor “será una oportunidad que Dios nos regala para que podamos transmitirles la alegría que provoca el conocer a Cristo, seguirlo y anunciar su Buena Noticia. También nos abrirá la mente y el corazón para darnos cuenta de que, en su infinito amor y a pesar de las contrariedades, aún sigue llamando”, concluyó.+
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