Mons. Frassia: No está bien fingir lo que no se es

Mons. Frassia: No está bien fingir lo que no se es

Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): “El mejor servicio que un cristiano puede ofrecer a los hermanos es el auténtico y verdadero testimonio de vida donde uno vive lo que cree, anuncia lo que dice, enseña lo que se le transmite y vive el contenido de esa enseñanza”, ya que no está bien fingir lo que no se es, expresó el obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, en su reflexión sobre el Evangelio del domingo XXXI durante el año, en el programa radial “Compartiendo el Evangelio”.
“El mejor servicio que un cristiano puede ofrecer a los hermanos es el auténtico y verdadero testimonio de vida donde uno vive lo que cree, anuncia lo que dice, enseña lo que se le transmite y vive el contenido de esa enseñanza”, ya que no está bien fingir lo que no se es, expresó el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, en su reflexión sobre el Evangelio del domingo XXXI durante el año, en el programa radial “Compartiendo el Evangelio”.

“La Palabra de Dios -señaló el prelado- siempre es interesante; tiene simbolismos que hay que pensarlos, reflexionarlos, aplicarlos, entenderlos, conectarlos y vivirlos”.

“El tema principal de este Evangelio, es la crítica de Jesús a los fariseos y doctores de la ley de aquel entonces, que estaban en la cátedra de Moisés, manejaban muy bien la ley y los conocimientos, pero que tenían un distancia muy grande entre lo que es y lo que se dice. Hay una desconexión, una ruptura, y eso provoca una actitud que el Señor la critica ampliamente, que es la hipocresía. La hipocresía es el fingimiento de un estado de vida que luego no se posee, no se es y no se vive.

Los principios fundamentales del Evangelio, la enseñanza de la vida en los distintos ámbitos de responsabilidad -que sería el todo- nos indica que ninguno de los que viven la responsabilidad de ese todo puede agotar el Evangelio, el conocimiento y la vivencia de la doctrina. Uno tiene que arrimarse, acercarse, aproximarse, porque tiene que haber conexión entre lo que es, lo que se anuncia, con los destinatarios. Pero siempre hay una distancia. Esa distancia es parte de la condición humana y parte de la limitación humana que cada uno de nosotros tiene.

La crítica de este Evangelio, apunta a algo mucho más profundo: la simulación; el consentimiento de aquello que es mentira, de lo que es fingir. Y eso no está bien sino que está muy, pero muy mal.

Tenemos que pedir al Señor que, partiendo de la limitación humana, nos acerquemos -cada uno según sus responsabilidades- a vivir aquello que se es, aquello que se piensa y aquello que se dice. Debe haber conexión y no quebranto; debe haber unidad de vida entre lo que se es -en aquello que se anuncia que es la fe- y aquello que se vive, que es el Evangelio.

El mejor servicio que uno puede ofrecer a los hermanos es el auténtico y verdadero testimonio. Testimonio de vida donde uno vive aquello que cree, anuncia aquello que dice, enseña lo que se le transmite y vive el contenido de esa enseñanza.+

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