En la Vigilia, el card. Poli llamó a “confirmar la fe en el Resucitado”

En la Vigilia, el card. Poli llamó a “confirmar la fe en el Resucitado”

Buenos Aires (AICA): El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió en la noche del Sábado Santo la solemne Vigilia Pascual, que tuvo lugar en la catedral metropolitana. El purpurado hizo la bendición del fuego nuevo y del cirio pascual, y recordó que “Pascua significa que alguien, Jesús, llevando nuestra humanidad, ha pasado de la muerte a la vida y con él, todos los que creen en Él pasan de este mundo al Padre”.
En la noche del Sábado Santo, el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió la solemne Vigilia Pascual, que comenzó a las 21 en la catedral metropolitana.

El purpurado bendijo el fuego nuevo y el cirio pascual, y recordando el salmo 29 “Si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría”, señaló que se refiere a los días en que se sucedieron la pasión y muerte del Señor, y la mañana en que dos de sus discípulos fueron al sepulcro.

“El Crucificado no está ahí”, indica el ángel, y ante el sepulcro vacío “les encarga transmitir un mensaje a los discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos’. Sin haberlo visto, movidas por la fe, corren alegremente a cumplir su misión y el mismo Jesús Resucitado les sale al paso para confirmarles el anuncio del ángel, y su primera palabra fue ‘Alégrense’”, detalló el cardenal Poli.

“Seguramente recordaron lo que él mismo les decía: «Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo», y también: «ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar»”, expuso el arzobispo, y haciendo un recorrido por la misión comenzada por Cristo con la elección de sus primeros apóstoles, relató cómo comenzó a anunciar el Reino de los cielos, con palabras y gestos, parábolas sencillas, milagros y signos.

Con la resurrección, destacó el purpurado, “comenzará una misión por todas las naciones y el mensaje central será para siempre que Él vive, ha resucitado de entre los muertos como lo había prometido y nos ha abierto las puertas del cielo que el pecado había cerrado”.

“Pascua significa que alguien, Jesús, llevando nuestra humanidad, ha pasado de la muerte a la vida y con él, todos los que creen en Él pasan de este mundo al Padre, aunque tengan que padecer los instantes de una muerte física”. La Pascua, explicó el arzobispo, “es el centro de nuestra fe, fuente de toda Gracia que surge de los sacramentos a los que llamamos pascuales”.

“Si celebramos la Pascua nos confirmaremos en la fe en el Resucitado, el que vino a rescatar lo que había de divino en el hombre y para eso, con su resurrección abrió la historia cerrada por nuestras miserias y ahora está iluminada por sus misericordias hasta que venga”, concluyó, con el deseo de “que la Pascua nos confirme la Resurrección de Jesús, y la convicción de que todo se puede redimir, porque Él es el que dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas»”. +

» Texto completo de la homilía

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