Buenos Aires (AICA): Hoy, 3 de diciembre, se cumplen 25 años de la mayor ordenación sacerdotal celebrada en la arquidiócesis de Buenos Aires. En ese día de 1988 el arzobispo de Buenos Aires, Card. Juan Carlos Aramburu, ordenó sacerdotes a 24 seminaristas porteños, 19 de los cuales se reunieron ayer en el santuario nacional de Nuestra Señora de Luján, donde celebraron una misa de acción de gracias por sus Bodas de Plata sacerdotales. La misa fue presidida por Mons. Enrique Eguía Seguí, uno de los 24 ordenados entonces, hoy obispo auxiliar de Buenos Aires y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina. En la misa se recordó al Pbro. Luis Alberto Lahitou, uno de los compañeros de ordenación, quien falleció el 3 de febrero de 2012, siendo párroco de Corpus Domini y presidente de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.
La misa fue presidida por monseñor Enrique Eguía Seguí, uno de los 24 ordenados en aquella memorable ocasión, hoy obispo auxiliar de Buenos Aires, vicario episcopal de la zona Belgrano y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina.
En la misa se recordó al presbítero Luis Alberto Lahitou, uno de los compañeros de ordenación, quien falleció el 3 de febrero de 2012, siendo párroco de Corpus Domini y presidente de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.
Con el título de “Una ordenación sacerdotal histórica”, AICA publicó la crónica de aquella ordenación, que por considerarla de interés para los lectores de esta agencia, transcribimos a continuación.
Una ordenación sacerdotal histórica
En el amplio y multifacético escenario del Luna Park, se realizó el sábado 3 de diciembre una ordenación sacerdotal que, por el número de los nuevos presbíteros, nunca alcanzado en la arquidiócesis de Buenos Aires y sin probabilidades de que sea superado en un futuro próximo, puede considerarse verdaderamente histórica.
Ese día, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Juan Carlos Aramburu, confirió el sacramento del orden a 24 seminaristas de Buenos Aires, durante una ceremonia que se desarrolló a lo largo de dos horas y media, por la mañana.
Del techo del estadio colgaba un gran crucifijo de madera; en el estrado había una imagen de la Virgen de Luján y un gran cartel con la leyenda “Apacienta mis ovejas”.
La ceremonia, que fue transmitida en directo por el canal 13 de TV, se desarrolló a través de sucesivos pasos. El cardenal preguntó a cada uno de los jóvenes: “¿Prometéis respeto y obediencia a mí y a mis sucesores?”
Mientras tanto, el Grupo Pueblo de Dios entonaba, como música de fondo: “Aquí estoy, Señor, dispuesto a todo para cumplir tu voluntad; imprime en mí el sello de tu fuego”. El padre José Bevilacqua, director del grupo, acompañaba al órgano los cantos.
Luego, los ordenandos se postraron en el suelo, en tanto se cantaban las letanías de los santos.
Más tarde, el cardenal impuso las manos sobre cada uno de los diáconos, lo que luego hicieron el nuncio apostólico, monseñor Ubaldo Calabresi, y los otros obispos presentes, monseñores Arnaldo Clemente Canale, Eduardo Vicente Mirás, Mario José Serra, Guillermo Leaden SDB, Luis Héctor Villalba y el prelado brasileño monseñor Adalberto Paulo da Silva, obispo de Viana, y unos 250 sacerdotes, como símbolo de comunión.
Finalmente, el cardenal Aramburu leyó la oración de consagración. Cuando se escuchó: “Dios le ha regalado a su pueblo 24 nuevos sacerdotes”, el estadio prorrumpió en una interminable ovación.
Mientras los nuevos sacerdotes se revestían con ornamentos sagrados, desde los micrófonos se expresó: “Así los veremos en el altar, así los veremos confesando, así los veremos bautizando, revestidos con la casulla de Cristo; cada uno se disuelve en la persona de Aquel que vino a liberar a los hombres”.
Después, los consagrados recibieron la unción y a cada uno se le entregó un cáliz.
La comunión fue distribuida por plateas y tribunas. Al concluir la misa, monseñor Arnaldo Canale, vicario general del arzobispado, leyó un telegrama del Papa y el cardenal Aramburu deseó a todos felices fiestas de Navidad.
Hasta aquí la crónica de AICA.
Diecinueve permanecen en la arquidiócesis de Buenos Aires
De los 24 ordenados en aquella oportunidad, 19 permanecen en la arquidiócesis de Buenos Aires. Ellos son: Enrique Eguía Seguí (obispo auxiliar), Eduardo María Adrogué, Mario Eduardo Beverati (en Rusia), Martín Santiago Bracht, Jorge Campiglia, Mario Alejandro De Marchi, Fabián Eduardo Gallego, Gustavo Manuel Gallino, Eduardo Graham, Néstor De Gregorio, Néstor Guatta Cescuni, Rubén Martínez Bartolomei, Juan José Medina, Pablo Adrián Molero, Carlos Fernando Ortiz, Ramiro Pizarro, José María Ruiz Díaz, José Luis Sardella y Raúl Varela.+
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